La premisa que hoy (me) ha dado la patada ha sido la parálisis del sueño.
Una
situación que puede manifestarse mientras dormimos de aparente
despertar, pero mantenimiento del sueño, provocando una incapacidad de
reacción viendo como todo pasa por delante de nosotros.
Delante de nuestras narices, cual gilipollas, no podemos movernos.
Qué bien.
Esto aún es más divertido, cuando ves pasar día a día situaciones, también delante de tus narices y cual gilipollas
(por supuesto) te limitas a no hacer nada. A esperar que las cosas se
solucionen solas, o que un alma caritativa te las solucione.
Iluso. Ilusos.
Te limitas a esperar,
copa llena, copa vacía, copa llena, copa vacía, viendo pasar las horas,
viendo pasar los días, viendo pasar las semanas, viendo pasar las
caladas de ese cigarro que parece que tiembla entre los dedos de tu mano
izquierda tímidamente, consumiéndose por sí solo, porque ni te acuerdas
de que te lo acababas de encender.
Puedes
echarle la culpa a lo que quieras, a tu situación, a tu falta de
tiempo, a tu ineptitud, a tu colegueo, a tu vaguería, a tu reloj que
parece que se mueve hoy más lento que otros días, a tus cojones, o al
ego ese que tenías, del que te despediste hace tiempo al darte cuenta
que simplemente, estorbaba.
Nos
encanta quedarnos mirando a un punto fijo, las paredes se vuelven más
interesantes, los taburetes más redondos, y los días se te vuelven a ir
de las manos.
Nos encanta.
Lo odiamos.
No estamos en un sueño, no porque no podemos, no porque no hubiésemos podido, no porque no pudimos, sino porque no nos da la gana despertarnos. Y por supuesto, para despertarse, hay que soñar primero.
Buenos días por la mañana, que volveremos a vernos por la noche.
sábado, 24 de marzo de 2012
martes, 20 de marzo de 2012
Dependiente independencia
Suelo escribir a horas intempestivas, horas en las que ya parece que están recogiendo las calles, y que está durmiendo hasta el más enfarlopado, pero hoy me he adelantado un poco.
Pues aquí estoy con un Earl Grey a las tantas (no tantas como uno quisiera), viendo como bobo cómo se fusionaban los colores que iban saliendo del huevo al agua. Cómo, con espirales que se trataban de bailarín y bailarina paseando armados con un par de buenas copas en LA calle Corrientes de Buenos Aires, empezaban a jugar entre ellos.
Y todo esto para hablar de la importancia de la dependiente indepencia. A priori, algo independiente no está ligado para nada con lo dependiente. Pero a ciencia cierta, depende totalmente de ello.
¿Qué sería de la independencia sin la dependencia?
Gracias a los buenos, hay malos. Gracias a los feos, hay guapos. Y gracias a la independencia, creamos esa dependencia necesaria que tarde o temprano nos rodea.
Ilusos los que se creen independientes porque solo ocultarán su dependencia.
Ilusos los que se creen dependientes porque solo manifestarán independencia.
Como todo, consigamos un punto medio, un punto medio para que la independencia nos haga dependientes, y la dependencia independientes. Un punto medio en el que poder jugar como los dos bailarines de antes.
Un juego en el que uno mismo pone, y luego quita. Un juego, en el que cuando te lo roban, te das cuenta de lo que antes tenías, y deseas volver a recuperarlo, para volver a olvidar, volver a olvidar que se te había ido de las manos, o que sin más, lo tiraste.
Un juego al fin y al cabo egoísta, pero, ¿qué es el egoísmo sino dependencia?
Seamos dependientes, para ser independientes.
Seamos independientes, para disfrutar la dependencia.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Pause, digo Play
Recuerdo que cuando tenía un reproductor VHS en casa, la película que mas ví a lo largo de mis orondas tardes de infancia fue Dumbo. Recuerdo también, que la parte que más me llamaba la atención eran los elefantes rosas. Iluso de mi.
Siempre, cuando apretaba ese botón con las dos rayas || se paraba la película como por arte de magia.
Siempre oía una voz que decía, no dejes la película mucho tiempo en "pause", o se acabará cascando. Nunca se jodió. Nunca se jodió, porque siempre que volvía alguien le había dado a "stop", o a "play".
Y eso camaradas, eso nos pasa continuamente en nuestro día a día.
Situaciones explícitas, en las que nos encontramos en un pleno "Standby" o como el mando decía: "Pause". Y como la cinta de video, nuestras vidas, con elefantes rosas o sin ellos, van corriendo poco a poco.
Situaciones, en las que alguien pulsa tu "Pause" personal y necesitas o bien avanzar, o bien apagar la película. La ausencia prolongada al final provoca que la cinta, se vaya a paseo.
Con el "Play", avanza, pero no sabes ni cuánto ni cómo. Y el "Stop" es la opción de mierda que nadie debería elegir.
Siempre, cuando apretaba ese botón con las dos rayas || se paraba la película como por arte de magia.
Siempre oía una voz que decía, no dejes la película mucho tiempo en "pause", o se acabará cascando. Nunca se jodió. Nunca se jodió, porque siempre que volvía alguien le había dado a "stop", o a "play".
Y eso camaradas, eso nos pasa continuamente en nuestro día a día.
Situaciones explícitas, en las que nos encontramos en un pleno "Standby" o como el mando decía: "Pause". Y como la cinta de video, nuestras vidas, con elefantes rosas o sin ellos, van corriendo poco a poco.
Situaciones, en las que alguien pulsa tu "Pause" personal y necesitas o bien avanzar, o bien apagar la película. La ausencia prolongada al final provoca que la cinta, se vaya a paseo.
Con el "Play", avanza, pero no sabes ni cuánto ni cómo. Y el "Stop" es la opción de mierda que nadie debería elegir.
Os animo con total libertad, a que en temporadas de estancamiento, no esperéis a que algún inútil pulse el stop. No esperéis a que un inútil pulse el Play. Pulsadlo vosotros, y tomad la decisión correcta.
En cuanto a cuál es la correcta, ¿Que preferís? ¿Lo fácil o lo divertido?
Nadie dijo que vuestra película fuese a ser fácil.
Pause, digo Play.domingo, 4 de marzo de 2012
Adicciones
¿Sabéis qué? Todos somos unos adictos. Necesitamos nuestras adicciones, y propiamente, son ellas las que nos mantienen vivos.
Y diréis, Eh! Yo no soy un yonkie!, pero sí, lo eres. Lo eres, y te gusta serlo. Porque sin tus adicciones no serías nada.
En cuanto oímos la palabra adicción, la relacionamos rápida, pero no eficazmente con drogas, con una dependencia a un par de gramos, y eso si que es una adicción de mierda. Por ello, me gustaría que no relacionásemos las adiciones con 4 polvitos blancos (con polvos si queréis, si).
Me gustaría cambiar totalmente el sentido a la palabra.
Y diréis, Eh! Yo no soy un yonkie!, pero sí, lo eres. Lo eres, y te gusta serlo. Porque sin tus adicciones no serías nada.
En cuanto oímos la palabra adicción, la relacionamos rápida, pero no eficazmente con drogas, con una dependencia a un par de gramos, y eso si que es una adicción de mierda. Por ello, me gustaría que no relacionásemos las adiciones con 4 polvitos blancos (con polvos si queréis, si).
Me gustaría cambiar totalmente el sentido a la palabra.
No se trata de evitar las adicciones, se trata de seleccionarlas. Engánchate a algo, engánchate a alguien, y disfruta de ello. Hagámonos adictos a las sonrisas, para cada día que te regalen una notes esa sensación que haga quitarte el mono. Hagámonos adictos a las miradas, esas miradas penetrantes que siempre dicen más que las propias palabras. Hagámonos adictos de los besos joder. Eso son adicciones. Consigue que nos hagámos adictos de ti.
Recordad, que es muy fácil entrar, pero muy difícil salir, a si que aprendamos a disfrutar de ello.
Como diría el gran Sabina, "A las curvas peligrosas."
Peligrosa adicción amigos, pero si queréis probarla, la puerta está abierta.
sábado, 3 de marzo de 2012
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